CATARSIS PANTANOSA. Concierto de GUADALUPE PLATA. Sala El Sol. Madrid, 21 de febrero

0   comentarios

Estuve en un tris de no ir porque este esperado concierto de GUADALUPE PLATA me coincidía con otro evento en el que, casi sin enterarme, me vi envuelta e implicada hasta la médula: el concurso infernal Premios 20 blogs. Pero como ya he demostrado en numerosas ocasiones, estoy mastering mi ubicuidad y qué cojonas, puedo participar en dos y hasta en tres eventos si se me pone en el funki. 

Tras la agridulce sensación al finalizar la entrega de premios durante la cual se me murió el móvil  y perdí mi único apoyo emocional que era en ese momento los whatsApp de mis Chirlis in the Corridor (la versión más rabiosamente chabacana a este lado del Henares de Mujeres en Nuevayol) me dije, RubiaK, aotracosamariposa: queremos y podemos llegar a tiempo a ver el concierto de los jienenses. Y dicho y hecho, como todo lo que se me mete en esta mi rubia cabezica (si no rebota demasiadas veces en su envasado al vacío, claro).

Y menos mal que lo hice porque fue la catarsis perfecta en esa noche de hibris que no le deseo a nadie. El puto corsé que mis Chirlis me obligaron a ponerme porque era muy trendy y rockero (by the way, mi más sentida enhorabuena, otra vez, No Rock Solo), además de no dejarme respirar, limitaba más si cabe el tráfico fluido de sangre en mi cerebro y mi media neurona hacía más cortocircuitos que de costumbre y entré en bucle: mevoyquéhagoyoaquímedivertomeaburromeagobio mevoyquéhagoyoaquímedivertomeaburromeagobio mevoyquéhagoyoaquímedivertomeaburromeagobio.....

Tras verme amimismamente con la boca abierta, una copa vacía en la mano y más sola que el Major Tom, eso sí con un look muy a lo Kim Bassinger según mis Chirlis (bueno la verdad es que ellas mencionaron a la Schiffer pero me gustan más los morritos viejunos y experimentados de la de 9 semanas y las que te rondaré morena) en un momento único e irrepetible de pasajera lucidez puse pies en polvorosa a buscar una cabina de teléfono (efectivamenteysí todavía existen) que me sacase de esa espiral de autocompasión. La hallé y se tragó, como en el pasado, mis dos únicas monedas sin poder escuchar a una voz amiga que me dijese, túsíquevales. Y entonces descubrí el ambientazo de un jueves after work en un Locutoriodinterné del Paseo de la Chopera. Y yo con mi corsé empeñado en expulsar de él a mis queridas y manidas lolas.

Pero llegué finalmente a la Sol. Y fue llegar y sentir un remanso de paz. Hacía siglos que no iba. Y ahí seguían su escalera infernal, sus cortinas de terciopelo, su camarero con pajarita, su público del más variado pelaje....  Y efectivamenteysí, eché nuevamente de menos a mi amiga Kalamity Jane que hubiera disfrutado exactamente lo mismo que yo en ese receptáculo materno que fueron esas cuatro paredes en nuestra más tierna,  descerebrada e inconsciente juventud.

Con el tuntuntún de ese bajo machacón (por llamar de alguna forma más adecuada a ese palo de escoba atao con una cuerda -que dicen las malas lenguas que es de arrancar motosierras- a una palangana de zinc caliente) que te desenganchaba las caderas (nada que ver, afortunadamente, con el Harlem shake à la mode) se me fue relajando poco a poco la tensión acumulada. El boogie de la muerte me liberó.  Por cierto Paco Luis: tú y tus lumbares, fatal ¿que no?.

No voy a describir la música de este par de trío pues todas las palabras clave están ya repetidas hasta la saciedad en cualquier crónica decente que se precie:  blues, pantano, ultratumba, serpiente, ciénaga, ladrido, quejío.  Pero atiende ahí David Lynch, a esta inmejorable banda sonora si es que alguna vez piensas en que Lula y Sailor den nuevamente rienda suelta a su Corazón salvaje.

Curiosos estribillos los de estos chicos tipo Milana bonita, milana preciosa (que siempre me trae el recuerdo del grandísimo Paco Rabal meándose las manos para ordeñar mejor). Tampoco tiene desperdicio el Oh my Bey (que viene a ser como el babybabybaby de Justin BieberFever pero el uuuuuh lo han cambiado por un ayyyyyyyy mucho más cañí, andevaparar). Porque otra cosa no, pero el libreto de las canciones de estos chicos oriundos de lo cerros más famosos de Hispanistán no debe ocupar ni mitad de cuarto de folio. Otra fijación de estos mangurrianes son los animalicos: Rata, Gatito, Serpientes (de estas tienen dos), Tigres (con yedras) y hasta Pollos podríos. Pero para bicho su Lorena y los gambiteros que salen en su afamado vídeo.

Y finalizo con un consejo para la muchachada: para catarsis güena-güena, nada mejor que escupir sobre las tumbas de ratas mal nacidas al ritmo de un washtub bass machacón .¿Que no?