Una vez más, queridos amiguitos, vuelvo a tener ese jet lag que sólo sabe describir William Gibson, esa desazón que te produce el que, tras un buen viaje (¿mentiendesloquetequierodecir?) tu cuerpo ha regresado ya a tu lugar de origen mientras tu mente sigue anclada en el lugar de donde provienes. Y todavía, a día de hoy, mi descerebrada cabecita sigue vagabundeando por la 6th con Bleecker St, o rumiando una pizza en donde el mismo Spiderman hace el servicio de reparto (pinchad aquí si véis que tal) o sentada en cualquier parque viendo como pasa ese 2-1-zoo que rapea a toda pastilla Azealia Zapatilla Banks con su lengua casi tan viperina como la mía. Pero hay que volver. Tarde o temprano. Ay que joerse, ahora que ya había conseguido entenderme con el tipo del Amy’s Bread de la esquina y podía desayunar una café con leche como mandan los cánones y no esas guarrerías que llaman coffee en los Starbucks que hay en el resto de todas las esquinas de Manhattan.
Vaya viaje de turisrock que me he
dado por los Estados Junticos de América. Bueno vale, sólo he estado en el Estado
de Nueva York. Pero también he estado en Washington DC que si bien es el Distrito
de Columbia y no un estado propiamente dicho (¿para qué quiero un Atlas si existe SantaWikipediaBendita?), al menos es la capital de todos
los 50. Eso vale ¿no?. Pero en cualquier caso, efectivamenteysí, no me
preguntéis más nada, porque no he ido al MOMA, ni he viajado en helicóptero entre los
rascacielos, ni me he subido al Empanada State Building, ni he saludado al
mundo libre desde la corona de Miss Liberty, ni me he tomado un Cosmopolitan en
el Upper East Side y tampoco me he hecho ninguna foto en Tiffany. No os
equivoquéis conmigo. No me voy a convertir a estas alturas de mi vida en una gurú
del turisteo fino. Mi rollo, como dirían otros, es el rock.
Teniendo en cuenta que el fin de
semana anterior habían tocado los Foo
Fighters gratis en Central Park en el que puede ser su último concierto en
muuuuuuuuucho tiempo no había grupo que pudiera aliviar mi gran aflicción por no
haber coincidido mi desplazamiento a la gran manzana con tamaño evento. Pero se
hizo lo que se pudo en este mi peculiar periplo por los tugurios neoyorkinos o
neoyorkienses.
La primera noche bien podíamos
haber ido a ver a Jay Z al Barclays Center pero preferimos hacernos
una jam session en el Little Dog’s Studio
(www.javibeltran.com) que se
encuentra en su etapa más oukeleniana. Acabáramos: toqué la pandereta todo lo
que quise y más. Hasta el Without Face
de www.dieaway.com en primicia.
Notedigonáytelodigotó.
Luego vino la escapadita a
Washington D.C pues había que trabajar un poquito ¿no?. Así que le dimos a la Tugurio
Land Guide y nos salió como primera opción el ROCK AND ROLL HOTEL que
tal y como anuncia su página web NO es ningún Hotel. Ni falta que le hace. Pedrazo
de TUGURIO (sí, con mayúsculas). Si vais por la ciudad de Barak (o el que venga después que joer que tostón nos han dado con
las fukin elecciones) no dejéis de visitarlo. Tres plantas de puro tabuco
oscuro con su terracica y tó, delicia de los fumetis.
En el cartel, con el que se te
quitaban las ganas de tener ganas, constaban tres bandas. La primera tenía el
emotivo nombre de Disciples of Christ.
La segunda LTW. Resumen de ambas dos:
Borriquito comotútururú. Pero estos sí que se saben la “u”. De hecho, es lo
único que se entiende en sus guturales canticos (puro growling deathmetalero).
Qué de tormento y mala leche reconcentrá, oiga. Y yo, mientras tanto, con mi pulsera
de over 21 bebiéndomelo todo. Vamos,
como si alguien pudiera tener alguna duda al respecto (usease de que paso ya sobradamente los 21 y de que me bebo hasta el agua de los floreros….)
La tercera banda en discordia fue
el sorpresón de la noche: TORCHE que están girando para
presentar su último trabajo llamado Harmonicraft
(que vendían en la sala hasta en vinilo¡¡¡¡) con un brutal directo y un
público entregadísimo en un pogo de esos que te hacen pegarte contra la barra
no vaya a ser que se les caiga alguna en tu cara con la mano abierta. Rock
estridente, guarrete y sin embargo sandunguero. Bueno, aquí tenéis la
explicación de una mangurrián que lo hace milomás veces mejor que yo: pinchad aquí para una explicación finisisisisisima
Me fui feliz del concierto porque además
creí que por fín había conseguido robar un set list
de los buenos pero me temo que es de uno de los grupos anteriores. De mis amigos los guturales guys. Lástima, para una vez que creí haber logrado….
Antes de volver a New York, unacositaosvoyadecir: mucho Memorial de todo quisqui por aquí, mucho salón oval por allá, mucho tener el aire acondicionado a toda guarra y mucho sueño americano pero homeless a cascoporro en Washington D.C. Ya de vuelta en Nueva York he de confesar que no he podido encontrar ni siquiera la placa homenaje al Max’s Kansas City y eso que estuve un buen rato Park Avenue p’arriba y p’abajo. Qué pena que no quede nada de ese garito que viera las noches de farra y desvaríos de Bowie, Iggy Pop, Debbie Harry, Warhol y su Factory… Y del CBGB ni hablamos. Menos mal que en mi anterior visita a NYC todavía existía y pude beberme una cervecica, eso sí a toda prisa y bajo una atenta mirada de esas de “notienescasaoqué” que tan solo supera David TikiTiki Frutos.
Y hablando de clásicos, pues nos
pasamos también por el Blue Note, más conocido por el “Buenas tardes, son30bucksmyfriend". Y nos quedamos todo
muñecos, viendo de medio lao, desde la lejanísima barra el dibidudibididí del
oído perfecto de Diane DEEDLES Schuur invitada especial del 30 aniversario del
sello GRP Records capitaneado por el guitarrista Dave Grusin. Aunque yo no soy muy de jazzete fue todo un lujazo y
una lección más a aprender, aunque los
copazos eran como para la Barbie (pero ¿a quién cojonas se le ocurre ponerle a
un señor wiscacho una rodaja de lima?. Puagh). Al salir, nos asaltaron las
reivindicaciones de los JAJA, otros jazzistas menos afortunados (www.justiceforjazzartists.org) que
me invitaron y así lo hago a: Tell jazz clubs that musicians deserve:
- PAY –fair mínimum scale wages
- a decent PENSION
- PROTECTIONS for the recording or reuse of their music, and
- a PROCESS for settling grievances on the job
Y también nos asaltó un tal Marvalous para ofrecernos a 10 bucks su
trabajo “The Wonder Years”, un
hip-hop clasicorro pero majete que no nos podía faltar en esta incursión por
los nuevayores.
Después, otra decepción: la del Continental,
otrora cuna del gambiteo más fino, que se ha convertido en un bar de chupitos
para jóvenes en intercambio (porque aquí, en los States, serán mu modelnos y
todo lo que ellos quieran pero no tienen el programa Orgasmus, perdón digo
Erasmus, esa iniciativa que se ha quedado lamentablemente sin fondos y que tan
grandes alegrías nos ha dado a la juventú europea). Menos mal que nos queda el
BOWERY BALLROOM. Una gran sala a no perderse por los musilocos que se pasen por
Manjáaatan. Pudimos ver a unos tal Woodsman bastante moñas y un cabeza
de cartel muy a lo folky blandito que tanto se gastan ahora los de Brooklyn llamado MARCO BENEVENTO y su pianico plikipliki tuneao. Demasiado instrumental y
glamouroso para una casquivana arrabalera como yo. Lo mejor: el especial
Talking Heads que se marcó el DJ ente grupo y grupo. You may find yourself living on a shotgun sack…..
Ya no sé si antes o después acabé
en un garito denominado The Bitter End
donde descubrimos a una tal SUZANNE REAL y su banda. Por su
misma madre, que se parece a la mismísima madre de Blake Lively supimos que a su retoño le acompañaba a la batería su
padre y por tanto su señor esposo, un tal John Criscione que junto a otro de los fundadores de una
banda de los 70 llamada Shirts arroparon a una enérgica Suzanne que canta con
garra y fuerza un macarrucerío pero de los muy finos, de los de pantalón de
cuero de verdad con brillanticos de Swarovski comprados en la Sección Rock de
una gran boutique de la 5th Avenue . Me quedo con el tema que da título a su trabajo
que precisamente presentaba esa misma noche: Kiss me like a man (cojonas hombreya que estás como asobinao,
añadiría yo).
Y termino ya, que me estoy
emocionando, con una bonita balada de Billy Joel que bordó Diane “Deedles” Schuur y que me viene como anillo a mi rubio
pelazo:
Some folks like to get away.
Take a holiday from the neighborhood.
Hop a flight to Miami Beach or
to Hollywood.
But I'm takin' a Greyhound on
the Hudson River line.
I'm in a New York state of mind.
I've seen all the movie stars
in their fancy cars and their limousines.
Been high in the Rockies under
the evergreens.
I know what I'm needin', and I
don't want to waste more time.
I'm in a New York state of mind