A Azealia Banks le duele la garganta y el médico le ha puesto una corbata blanca, digo, y el médico le ha aconsejado cancelar la actuación. La cuarta y última jornada del FIB 2013 empezaba fatal. Y yo que había aguantado hasta el domingo para ver a la reina del funki-zapatilla y su 2-1-zoo... Esto no se hace hombreya. Si le hubiera visto un médico de verdad, además de una corbata blanca le habría dado Fórmula 44 y otro gallo nos cantaría, pero estas nuevas generaciones tan endebles... dónde vamos a llegar.
Desolada por la noticia me fui a ver otra banda (en este caso dúo) que hasta la fecha desconocía pero que ansiaba conocer: DEAP VALLY. Y fue el máximo acierto y mi gran descubrimiento del FIB. A pesar de la tostaera que tuvieron que aguantar, las californianas Lindsey y Julie me conquistaron desde el primer bombo. Rock guarrete y garajero de ese que suelo escuchar con el mono lleno de grasa mientras arreglo mi Harley. Ah calla, que no tengo moto. Bueno mientras arreglo la bici. Como ellas insistieron en proclamar a los cuatro vientos (aunque no soplaba ni medio) estaban muy calientes, descalzas, sin protección solar.... Vamos que son otras descerebradas como yo y por eso me gustaron en todos los sentidos.
Con el listón ya muy alto, el siguiente grupo que pude contemplar fue una caterva de adolescentes recién despertados de la siesta denominados PALMA VIOLETS que venían precedidos de grandilocuentes críticas positivas tipo "serán la gran sorpresa de la temporada" y sus canciones "están hechas para cantarse a gritos". ¿Sí? Pues si tenía alguna duda me la despejaron y me dije "antes no, pero ahora sí que me voy a dedicar a recorrer los escenarios más pequeños". Y así las cosas, no le di ni una sola oportunidad a ese jovencísimo mangurrián, al parecer tan talentoso, denominado Jake Bugg que salió al escenario detrás de ellos. Otra vez será miniDylan.
Y así me encontré con Ratolines, su trompeta, sus curradas proyecciones y el volumen 2 de su Espectro Mágico. Esto y la increíblemente rica porción de pizza que me estaba zampando me transportaron a las psicodélicas playas que debe de haber en la luna. Tuve también tiempo de ver el desparrame de The Parrots que se autodefinen como "tres loros de Madrid y liantes" y que ya venían anunciando a bombo y platillo desde hacía unos días su presencia en "el festival del sol, la playa, la cerveza, los güiris y el zumo de naranja para combatir la resaca". Yo no lo hubiera descrito mejor, la verdad.
Hice un nuevo intento de acercarme al escenario de las mil Maravillas y no fue en vano. Vi al grupo que, como bien me comentó un fotógrafo muy majete de mi idolatrada Rockdelux tenía el nombre más molón del todo el FIB: BLACK REBEL MOTORCYCLE CLUB. Pero aquí de nuevo tengo que tirar una lanza o una primera piedra o algo en contra de la cabezonería de algunos artistas. Vale que una cazadora de cuero es la única indumentaria posible para alguien que canta algo como Beat the Devil's tattoo pero, cojonas, que estamos en un bendito 21 de julio en Benicassim. Aparte de esta incongruencia, estos sanfranciscanos me dejaron con más ganas de ellos por lo que, quién sabe, a lo mejor hasta les escucho un poco más cuando tenga un rato. Y aunque no tendría por qué ser digno de mención pues debería ser algo más usual, destacar su fémina baterista. Leah: Olétusovariostreintaytres.
Quitando a mis recién descubiertas y sin embargo bienamadas Deap Vally y a los que, curiosamente, vieron ellas desde el mismo escenario, los Black Rebel Motorcycle Club, la última jornada del FIB fue para mí el día de los blufs que se deshinchaban a la mínima. AlunaGeorge también venían precedidos de esas etiquetitas que os gustan tanto como "son lo más fino no, fínisísisismo del hiphopfunkilight londinense". Sensual como ella sola, te digo yo que lo que es Aluna llegará alto. Pero que por el camino se va a quedar el bueno de George... también te lo digo. Yestoesasí.
Lo mismo que le pasara a los miembros del grupo con el nombre más molón, le pasó al listo de Brandon Flowers, pues la bonita cazadora de cuero que se plantó le duró solo el When we were young que es con la que comenzaron los KILLERS y su traca final de luz y de colooooooor. Cosa que vi desde la tele, claro, porque los señoritos decidieron que no querían fotógrafos a su alrededor. Pues ellos se lo pierden. Y fue así que la indignación (aunque tampoco era para tanto) se convirtió en la excusa perfecta para decir ahí os dejo y dar por finalizado, muy dignamente eso sí, mi paso por el FIB de este año. Así que con esto y un bizcocho... Chin-pón y chau-chau fiberinos.
Y así me encontré con Ratolines, su trompeta, sus curradas proyecciones y el volumen 2 de su Espectro Mágico. Esto y la increíblemente rica porción de pizza que me estaba zampando me transportaron a las psicodélicas playas que debe de haber en la luna. Tuve también tiempo de ver el desparrame de The Parrots que se autodefinen como "tres loros de Madrid y liantes" y que ya venían anunciando a bombo y platillo desde hacía unos días su presencia en "el festival del sol, la playa, la cerveza, los güiris y el zumo de naranja para combatir la resaca". Yo no lo hubiera descrito mejor, la verdad.
Hice un nuevo intento de acercarme al escenario de las mil Maravillas y no fue en vano. Vi al grupo que, como bien me comentó un fotógrafo muy majete de mi idolatrada Rockdelux tenía el nombre más molón del todo el FIB: BLACK REBEL MOTORCYCLE CLUB. Pero aquí de nuevo tengo que tirar una lanza o una primera piedra o algo en contra de la cabezonería de algunos artistas. Vale que una cazadora de cuero es la única indumentaria posible para alguien que canta algo como Beat the Devil's tattoo pero, cojonas, que estamos en un bendito 21 de julio en Benicassim. Aparte de esta incongruencia, estos sanfranciscanos me dejaron con más ganas de ellos por lo que, quién sabe, a lo mejor hasta les escucho un poco más cuando tenga un rato. Y aunque no tendría por qué ser digno de mención pues debería ser algo más usual, destacar su fémina baterista. Leah: Olétusovariostreintaytres.
Quitando a mis recién descubiertas y sin embargo bienamadas Deap Vally y a los que, curiosamente, vieron ellas desde el mismo escenario, los Black Rebel Motorcycle Club, la última jornada del FIB fue para mí el día de los blufs que se deshinchaban a la mínima. AlunaGeorge también venían precedidos de esas etiquetitas que os gustan tanto como "son lo más fino no, fínisísisismo del hiphopfunkilight londinense". Sensual como ella sola, te digo yo que lo que es Aluna llegará alto. Pero que por el camino se va a quedar el bueno de George... también te lo digo. Yestoesasí.
Lo mismo que le pasara a los miembros del grupo con el nombre más molón, le pasó al listo de Brandon Flowers, pues la bonita cazadora de cuero que se plantó le duró solo el When we were young que es con la que comenzaron los KILLERS y su traca final de luz y de colooooooor. Cosa que vi desde la tele, claro, porque los señoritos decidieron que no querían fotógrafos a su alrededor. Pues ellos se lo pierden. Y fue así que la indignación (aunque tampoco era para tanto) se convirtió en la excusa perfecta para decir ahí os dejo y dar por finalizado, muy dignamente eso sí, mi paso por el FIB de este año. Así que con esto y un bizcocho... Chin-pón y chau-chau fiberinos.