He de confesar que fui al festival de macarrucerío fino por excelencia en Hispanistán, el RESURRECTION FEST, un poco a regañadientes pero solo volver a Galicia tras muchos años sin deambular por aquellos lares sirvió de aliciente suficiente para vencer mis primeros resquemores. Ver a MINOR EMPIRES y RED FANG también ayudó aunque tocaran los dos seguidos, el primer día y mediando 500 metros de carrera entre los dos escenarios. Es lo que tienen los festivales. Cagüentóloquesemenea, empezábamos bien. Y la preciosa voz de Juan Blas y su muy "toolero" Numbers me supieron a muy poco aunque terminaran por todo lo alto con "Drones". Con prisa y sin pausa corrimos al escenario principal a mover más el pelazo al inconfundible "shuffle" de John Sherman que creo es el único miembro de la banda de Portland que no canta. Su ya para mí mítico "Prehistoric dog" nos hiso gosal pero bien, miamol.
Y ya con ver la ría de Viveiro al fondo, ese tiempo tan gallego de ponchaquetaquitachaqueta, mereció muy y mucho el viaje a la tierra donde los diosesdelolimpo se echaron a descansar. Pero es que además, nos encontramos nada más llegar a lo más granado del gambiterío: MR. VIRUS de TNT radio, Merio de PEYOTE PRODUCCIONES, Juanma de PURA MUERTE, o a Gonzo BUZZLOVERS. Y a partir de ahí fue todo un devenir de buenísimos momentos convertidos ya en recuerdos memorables.
Y ahí perdurará en mi memoria la espectacular playa de Sacido donde mis uñas de los pies se sintieron muy agustico con sus amigos los mejillones. La comida inolvidable con vistas a la Playa de Área al lado del bajo y el guitarra de FIVE FINGER DEATH PUNCH que se apretaron unos hakes regados con unos albariños del trece y de postre un flan de tres huevos. Y aunque no los conocíamos, un tío con rastas en la barba y tatuado de arriba abajo solo podía ser uno de los protagonistas del RESU así que no pudimos evitar saludarles aunque estaba tan nerviosa por interrumpir su intimidad que no sé ni que les dije sobre crowd, jump y enjoy the gig. By the way, cómo molan los nombres del macarrucerío. El mejor: "Resurrected to dead". Eso sí que es una putada: resucitar para espicharla. Aunque "Anal Hard"... tampoco está mal. Pero para tendencias, las suicidas: todo Krisgod iba ataviado con el el más fino merchandising de Suicidal Tendencies. Pero la tendencia que más me causó impresión es el uso del KILT (lo que viene siendo la falda escocesa) por la muchachada.
Las salchichas criollas, los chupitos -digo shots-, de licor de ciervo frejkito... qué de recuerdos. Ah¡¡¡, me pareció muy buena idea lo del vaso reciclable: menos basura, más resistente, más ricos los litros a la epileidi.... Pero vamos, para detallazo lo del papel en el baño de chirlis que te daban unas amables señoras cada vez que entrabas y además: ¡¡¡¡ nunca había cola¡¡¡¡. Es lo que tienen estos conciertos llenos de macarruzos donde, todavía sigo sin entender porqué, las féminas escaseamos. Sobre todo encima del escenario. No me puedo creer que no haya ni una sola banda digna de traer al RESU que no cuente con una chica en su formación.... Es para mosquearse, ¿que no?.
También gracias a mi incursión en el reino de los melenudos (aunque ahora se lleva mucho el look repeinado lamido de vaca con raya a un lado) he visto, además de llover en Orión -¿o eran naves ardiendo?-, a MEGADETH, el Ángel expulsado de los cielos metalísticos que ahí sigue, con su melenaza pelirroja, su camisa apretá, su hebilla a lo Tom Jones, sus guitarras triangulares y ese doble bombo tan de moda. La pedorreta le salió bien a Mustaine. Milomás años después, la chavalada sigue con devoción asistiendo a sus conciertos.
Pero para pasiones las que levanta Anselmo y su proyecto DOWN y con las altas cotas de presencia que se gasta en el escenario no me extraña nada la expectación que produce este mangurrián.
Pero los que más me gustaron y que, afortunadamente, la lluvia perdonó fueron los franceses GOJIRA que terminaron de sacar a ese "enfant sauvage" que tenemos dentro y que nos saldría a todos si nos hubiesen dejado de pequeños en un bosque a nuestro libre albedrío y sin ningún tipo de educación. Por eso, tras invocar al muro de la muerte y la garrafal lluvia que luego nos caló, no me extrañó nada ver a la muchachada nadar en los charcos o gritar cual Bravehearts llenos de barro bajo el chaparrón. Y todo nos sentimos un poco salvajes y quisimos abandonar por un momento todos los convencionalismos a los que esta vida en sociedad, nos guste o no, nos lleva sin remedio.
Pero unacosaosvoyadecil, mucho salvajismo es bueno pero los torsos desnudos y peludos deberían estar prohibidos en los conciertos veraniegos. No me gustan que se me restrieguen, cojonas. Y volvamos a los recuerdos buenos que los malos me dan asco. Puagh. Y recuerdo bueno el que me llevo de la recién bien hallada banda alemana THE OCEAN. Resultaron ser ese descubrimiento que todos buscamos entre los grandes renombres de los festivales estivales. Con su crowdsurfing y todo. Y con ellos confirmé que lo que es el growl, lo que vienen siendo los gruñidos atutuiplén, no me gusta. Que haya tralla sí. Pero donde esté una voz melodiosa, que se quiten todos los sonidos guturales, hombreya. Y por eso entendí también eso que se está poniendo ahora tan de moda y que ya viera hacer de forma natural a los alemanes en el Mera Luna festival: ponerse tapones. Aunque yo perdiera uno el primer día y ni me diese cuenta....
Y yo me pregunto... ¿Y ahora con que cara me presento yo en el SONORAMA? Pues esa será mi siguiente aventura que os contaré, queridos amiguitos... ¡¡¡menos prejuicios y más "enfants sauvages", mon dieu¡¡¡¡
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