IMPOSIBLE NO HAY NADA: Black Haze, Sala Cinema. Alcalá de Henares, 14 de abril

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Qué mejor para celebrar el día republicano por excelencia que irse a ver un conciertico de los políticamente incorrectos Black Haze (que, afortunadamente, nada tienen que ver con el rapero homónimo),  esos pokemonsdelhenares recién venidos de su gira por Wychita, Mississippi y Missouri. 

Nota de la suscribiente: si algun@ tiene una foto mejor del evento, me la envíe porque es que a Aniceto me fue imposible pillarle en otra forma que no fuera tirado en el suelo que fue el único momento en el que paró un ratico. Y es que aunque no quieras este vikingo reencarnado en jevorro te hace cantar, gritar, poner cuernicos, agacharte y hasta beber tequila a morro. Con tanta puesta en escena el baterista (que también es el de los Dayagüei,  notedigonáytelodigotó) se quitó la consabida camiseta en el más solitario de los anonimatos tras una columna, de forma totalmente desapercibida y sin el suspiro contenido de ésta su más ferviente fanchi. Ainsssssssss.

Y es que la sala no facilitó la puesta en escena de ese Ani que tan pronto te lo encontrabas cantando en la barra como que había salido a la calle a gritarle al que pasaba por allí. Tampoco fueron fáciles las idas al aseo al que tenías que ir aprovechando que aquél estaba por ahí animando el cotarro y no en el improvisado escenario instalado justo delante del meódromo. Pero ¿qué me decís de ese  Jose?, ¡¡¡Qué pedrazo de guitarra¡¡¡, fue el único instrumento que sonó francamente: hasta el novio de su hermana que odia el jevismo y que fue arrastrado en un momento de despite a la que bajaba de un avión quedó subyugado ante su buen hacer.

He podido comprobar una vez más que los jevis, esos sí que saben lo que es hacer piña. Los amiguetes de la banda estuvieron entregaos desde el primer acorde y corearon, bailaron y saltaron todos y cada uno de los temazos que les pusieron por delante.  Pero una vez más ahí va mi charleta moralina. Chavales: está muy mal hacer botellón en la puerta del garito antes de entrar. Ya que no se cobra entrada, qué menos que pagar una cervecica (o dos si son pequeñas) para que ese emprendedor que es Pedro pueda seguir adelante con su bar, pues como siga así (pagando a grupos con el dinero que no recauda en su caja) va a tener que cerrar el chiringuito y ya me diréis luego dónde van a tocar estos muchachos que tanto os gustan.

Final de concierto a lo Motorhëad para terminar de cansar al personal. Yo creí que ya no levantaba cabeza hasta el domingo, pero imposible no hay nada....