SOY METÁLICA EN UN JARDÍN DE NABOS. Sonisphere. 25 y 26 de mayo. Getafe

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¿Problemas de autoestima? ¿Te das por rendida en tu lucha contra la in-turgencia? ¿la fukin operación bikini te ha vuelto a pillar como nunca, tarde y mal? Hacedme caso chirlis de pro y personas que os gustan los hombres en general: irse a un Festival metalero y os entrarán every step you take¡¡¡ Os lo tengo dicho cienesdeveces: una no liga comiendo pipas en el parque. A ver si nos enteramos de una vez: es en un festival metalístico donde se baten todos los records de entradas por minuto y no en la final de la champions league. Vamos, bonita, que si pasas hambre es efectivamenteysí, porque quieres. Y no vale eso de que los macarras melenudos son unos guarreras. Ya no. Primero: a la mayoría de los que se pueden permitir un Festival ya les queda poco pelo. Segundo: el resto, se gasta más en acondicionador y mascarillas para el pelo que todas nosotras en centella asiática durante el mes de junio.

Entre que nos entonamos, lorenzo amainó un poco y nos quitamos el chip de viernes por la mañana, puede decirse que la primera banda que vimos fueron los Limp Bizkit. Y si nos los hubiéramos perdido tampoco hubiera pasado ná. No se puede ir de superdivo y bajarse al público con cuatro matones detrás porsiaca. Qué mal llevo eso del "me puedes tocar pero poco"... Ande este un Mike Patton haciendo un crowdsurfing con micrófono en mano por todo el recinto del BBK..... Pues hala, ya así me ventilo a la primera banda porque es lo único que voy a decir de ellos. Bueno vale, también el disfraz LadyKaKa en pleno aborto del guitarrista es digno de mención pero al menos nos podía haber enseñado de verdad ese culazo peludo que tenía debajo de las mallas color canne (color "nude" que dicen los guais). De su música ni hablamos. Siguiente.

Kyuss (no sé si poner el Lives¡¡¡¡): muy francamente, la verdad. Ví el concierto cual Beyoncé con el viento dándome en la cara haciendo ondular mi rubiaco pelazo.  Me trajeron recuerdos de ese otro gran festival que viví en Getafe, en ese momento el Electric Weekend, donde, además de pasarlo igual que Paco Martinez Soria buscando todo el rato a nuestro particular Chencho, justo el que falta, Josh Homme me tiró una púa a mis pies y a la que fui a recogerla me encontré un billetico de 10 eurazos. Qué gran noche.

De ahí recuerdo, ya vagamente, que nos fuimos a la puerta de la zona VIP y el Tártaro no hacía más que sacarme litros y litros de red bull con wiskacho con la excusa de que estaban a tres euros. Y viendo de reojillo a los Offspring (de los que solo diré que estuvieron demasiado correctos porque tampoco es que viera mucho pues a mí una buena charleta me pierde) entablé una de esas conversaciones que te arreglan la noche: Mister Virus de Radio Vallekas y sus ánimos para que me siga dedicando a decir lo que me salga del funki en este mi blog. Y al que no le guste, que se peinepatrás. Milgracias, Raúl, majete¡¡¡ No dudes de que así lo haré¡¡¡.

Y llegaron ellos. Había muchas expectativas. Las mías entorno a cuán cerca le iba a poder gritar al tercer dios de Seattle, tal y como me había encargado mi queridísima Reich, eso de F-A-N-T-A-S-T-I-C-OOOO. Pero no tenía entrada para el black circle (a ver jefa cuando me agencias uno de esos badge milagrosos que derriten a cualquier puertas o me cuelas en el foso de los leones, quiero decir fotógrafos, como aquella vez en el Festival de la FNAC). Así que me tuve que conformar con atender a las expectativas del resto que eran saber si Soundgarden podían darlo todo (con la coletilla del "a su edad"). Y lo dieron y convencieron. Y según algunos, hasta tuvieron más coros que los Metallica al día siguiente y nadie les abucheó cuando tocaron ese manido y tan recurrente Black hole sun.  Hasta Spoonman todo parecía que la vuelta a los escenarios de estos chicos iba a ser un intento fallido pero a partir de ahí  las dotes vocales (que no sólo del físico vive un frontman) de ChrisCornelldeJesús fueron en ascenso. Los bateristas que me rodeaban (es lo que tiene ir bien acompañada) aseguran que Matt Cameron y ese aguantar echando hacia atrás al resto que intentaba galopar free in the highway fue la clave del conciertaco que disfrutamos . Y es que supongo que a los de Seattle les pasaba como a mí y pensaban aquello de: I'm gonna break my rusty cage and run. Pero vamos, que de oxidada, nada

Los Machine Head ya los empezamos a oir desde lejos y sin ganas de tener ganas ni ná y todo era cimpúnchimpún y parece que no soy la única a la que le sonaron cansinísimos. Ni acabarlos vimos. Vuelta a casa en procesión por la senda de los elefantes que al día siguiente, con resaca, sin apenas dormir, había que estar prontico. Y aprovecho la oportunidad que me da este micrófono para denunciar una vez más la mierrrrrrrrrrrrrrda del garrafón. ¿Es que no hay ningún periodista de investigación, ningún poli bueno, ningún superhéroe de barrio que desenmascare la gran trama del garrafoning? ¿Es que vamos a tener que seguir bebiendo matarratas a precio de oro?. Cojonas hombreya.

Segundo día. No me gusta Mastodon. Lo digo y lo repito: no me gusta Mastodon.  Y ya está. Para mí son la pared donde toco y ya me vuelvo metalísticamente hablando. No puedo con ellos. Y lo he intentado. Varias veces además. Y además así, a pleno luz del día, con resaca....También creo que estaba siendo objeto de una intoxicación de metalosis del trece porque una cosa es sentirte plena al estar rodeada de tanto nabo y otra tener que aguantar tanto guitarreo. Vamos, que sí, que se liga mucho pero unacositatevoyadecir: tiene sus efectos secundarios. Claro que después de estos borricos vinieron los Within Temptation. Tocatelospiesmariluz. Supongo que de por sí serán moñas pero es que la voz gorgoritera (e increible, tirando a mezzosoprano, todo hay que decirlo) de Sharon den Adel (que, además, como la mayoría de lo holandeses, está como un quesazo) quedaron muy deslucidos. Sus temas nos sonaron al What a feeling ochentero de Irene Cara aderezado con unos rifisyrafes macarruzos. Siguiente.

Y después otros trescuartosdelomismo en cuanto a borriquismo se refiere: Slayer. Pasopalabra.

Y llegamos a Metallica. Lo mejor: los minutos previos (casi horas) donde con nuestro Jesucristo particular (no tuvimos necesidad de ir a ver a Ghost para toparnos con la lglesia) cantamos el alabaré, lo izamos en procesión, nos abrió las masas cual mar rojo y no multiplicó el vino porque no había agua que convertir. Qué risas por diox. También esa especulación sobre cómo tocarían el Black album llegándose a decir que si lo harían del revés (como cuando los Beatles invocaban al demoño).


Hetfield y su cuadrilla demostraron porque siguen ahí después de más de 30 años. Son un pedazo bandón aunque bien es cierto que tuvieron que tirar de todo tipo de artificios, incluidos los pirotécnicos, para hacer un concierto rotundo. Y venga torres pantallas. Forever trusting who we are. And nothing else matters. Ouh yeah. Mención especial merece ese pelazo trenzado de Trujillo. Qué envidia. A mí no me sale ni media de las cuatro trenzas que llevaba él. El caso es que pude canturrear más de lo que me esperaba pese a no haberme empollado el susodicho album renegrío pues como buenos Master of Puppets hicieron con nosotros lo que les dio la gana. Igual que con Evanescence a lo cuales relegaron a otro escenario y más tarde. A las 4 de la mañana se rumoreaba que la organización había vuelto a cambiar el emplazamiento y la hora de Amy Lee y sus muchachos y que iban a tocar en el Tic-Tac de Alcalá de Henares (algo que los Frutos nos desmentirían después "más que nada porque nos hemos quedado sin pipas" como ellos mismos nos comentarían).


Para muchos la noche se había acabado pero yo tenía que ver a Clutch. Me soprendieron muy gratamente en el Azkena y, si las fuerzas me lo permitían quería verles. Aleluyagloriadiox menos mal que aguanté porque este es el clutch con el que toda it girl como yo debe contar (y no ese minibolso de boda en el que no te cabe ni un tampax). Pedrazo vozarrón el de Neil Fallon. En su día le comparé con Joe Cocker hasta con su manica pegada al cuerpo. Y aunque las compraciones son odiosas el sábado me recordó a Tom Jones (by the way, habéis oído la versión Bad as me de Tom Waits que se ha marcado últimamente?. Pues, oidla, amiguitos. Sin prejuicios. Grande).  Me hiceron mover las caderas y echarme unos bailecicos a pesar del cuerpo jota que tenía. Y nos fuimos a casa con la satisfacción por el trabajo bien hecho.

I get satisfaction everywhere I go.
One day baby you'll worry me no more.
Bang, bang, bang, bang! Vamonos, vamonos!
Bang, bang, bang! Vamonos, vamonos!


Y esto fue así. Vamonosquenosvamos al más puro estilo John Lee Hooker. Mejor broche, imposible.