HOUSES OF THE HOLY. Concierto de TOUNDRA. Sala Joy Eslava. Madrid, 29 de enero

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Acabemos cuanto antes con el tópico: NO, el quinto álbum de TOUNDRA no se llamará Houses of the Holy. Que es que a todos se os ocurre la misma tontuna. Lo que sí se llama Houses of the Holy es el santuario del amor que me dejó un baterista de pro y de la que ya os hablé AQUI. Esa casica es para mí el concepto de refugio que todos necesitamos en un momento. Ese sitio (que no tiene que ser necesariamente real) al que vuelves cuando estás mal, cuando necesitas recargar pilas, renovar sentimientos, tocar fondo y con las mismas subir hasta arriba. Y de ahí vengo, de otro de mis refugios favoritos que está en un rincón de las islas afortunadas, aunque bien saben los diosesdelolimpo que la afortunada soy yo cada vez que me puedo escapar allí y pasarme una par de horas bajo sus gélidas aguas tan llenas de vida. Con fuerzas renovadas, la lengua más suelta que nunca y los dedos tan lentos y gordos como siempre, me enfrento ahora a la tecla y a esta tortura que me autoimpuesto de escribir tontunas sobre todos los conciertos que honro con mi presencia

Pero, con un mes y medio de diferencia entre los dos conciertos que he visto de estos mangurrianes ¿que voy a contar? ¿qué más puedo añadir? ¿cómo superar la genialidad de mi anterior rubicrónica? Teniendo en cuenta que en la la anterior me dediqué a hablar del postconcierto -claro, que lo raro en mí hubiera sido lo contrario- lo tengo fácil: cojonas, pues puedo hablar, para variar, del concierto en sí. Menos mal que D. JUAN MORILLAS existe y le he podido robar las siempre sorprendentes y singulares fotos que se suele gastar en su brillante trabajo -y que espero no agraviar al recogerlas en este mi blogucho-. De esta forma os fijaréis en su increíble trabajo y obviareis lo regulera que quedará esta rubicrónica.


Y volvieron a la Joy Eslava con todo su esplendor. Su supersalto a Superball -como ellos mismos me comentaron en el Q&A de su facebook (estoy a la última ¿que no?)- les permite pensar que el mundo mundial puede estar más cerca, algo que de nada sirve si éste a su vez no muestra interés por ellos. Y por eso se reinventan. Y molan milomás. Y lo saben. Y se crecen. Y buscan maneras de seguir cautivando a sus fans de ayer y de atraer las orejas de los fans de mañana. En esta ocasión tiraron de poderío, cuerda, vientos y percusión. 

Momentos para el recuerdo más toundrero son ya la rotura del pedal de Álex en el cual me hubiera convertido yo misma con el único fin de que me meciera a su ritmo como si no hubiera un mañana; el ukelele bajo que se marcó Alberto en VIESCA y ese quejío final de trompetas al más puritito mariachi style de un Garibaldi en decadencia; el gran momento guitarrica rinrinki que se marcaron Macon y Esteban Jesús y de Todos Los Girones con el iluminado de Javier Cosmea en KITSUNE (by the way, qué chiposa me quedó la rubicrónica del concierto presentación que dieron en diciembre -pincha aquí sivesquetal-); el pino puente del "jefecito" que un día se me va a partir la columna y que no sé cómo fue capaz JUAN MORILLAS de captarlo; el susurro de mi novio en el oído diciéndome que no sabe muy bien porqué pero que MAGREB le incita al magreo (espero que solo cuando la oiga conmigo)....



Pero me sigo quedando con CIELO NEGRO. La melodía. El bucle. El puente. El bucle. La melodía. El bucle. Y así. Con sus violines. Y su chelo. Olevuestroscojonestreintaytres.

Lo que nos les perdono de este su salto a la quinta dimensión es que hayan caído en las garras de Ticketmaster. Es un emporio caca y por algo tipos como el tío Eduardo (Eddie Vedder para los que no sois tan guays como yo), se niegan a trabajar con ellos. Lo que tardaron los cabronias en confirmar la fecha del concierto. Y lo complicado que es recoger el Vinilo o el CD que se vendía con las entradas. De hecho todavía no he podido hacerme con él gracias a esta mi vida de Willy Fogg (o Dora la Exploradora para la muchachada de este siglo).

Y cuando se encendieron finalmente las luces, tras esa MEDUSA del amor con la que nos obsequiaron en los bises, no nos quedó otra que salir abatidos y arrastrando los pieses cual alma en pena al ritmo del "This is the end, my only friend, the end..." que tan cabronamente nos pusieron en la sala para que la vaciásemos no solo rápido si no también en la más completa de las desolaciones. Y ahora nada, a esperar un festival, un cameo, un featuring o cualquier migaja que estos jefazos nos quieran ofrecer a partir de ahora. 

So let me take you, take you to the movie.
Can I take you, baby, to the show.
Why don't you let me be yours ever truly. 
Can I make your garden grow
you know.



Que envidia, mi favorita también es Cielo Negro!
Lo sé, Antonio, soy una privilegiada. Por allá por Alicante no van ni de coña ¿no? Serán cabronias...