BEST OF ME. Concierto de FOO FIGHTERS. Palacio de los Deportes, Madrid 6 de julio.

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Ay madre que ayer eché el polvo de mi vida¡¡¡¡. O lo más parecido a ello. Y las heridas de amor que luzco hoy son prueba fehaciente de ello: un labio partido, contusiones varias, unos enredones de pelo que parecen rastas y que ni la mascarilla dea30leuros va a poder quitar, un dolor de cuello del trece y sobre todo unos pieses que, con tanto cardenal, parecen el conclave que eligió al Razinger o comoquieraquesellame el pápa.

Y claro, así me quedé, con un postcoitalblues que todavía me dura hoy (yloqueterondarémorena).

El concierto de ayer de los Foo Fighters (después de 10 años, yalesvale) fue algo mucho más extásico que la experiencia religiosa del tontaina del vástago de los Iglesias (ueah). Aunque bien es cierto que estos mangurrianes me tenían ganada ya con el primer acorde.

Qué buena cosecha la de los 60. Grohl (el enemigo de los gnomos) mejora con los años como el buen vino (aunque para una tía vinagre y frejka como yo, buenos son todos endependiendo paqué los quieras). A parte de unos dientes  profidén y un pelazo que fue la envidia de los siete chicos con los que quedé para ver el concierto (cuando os digo, chirlis, que para ligar hay que ir a un concierto de rocks...hacedme caso), este zagalico lo tiene todo: es buen  baterista (mmmmmmmmmm), cantante, guitarrista y compositor. Qué pena que no me deje tocarle la pandereta. El se lo pierde. A ver si se materializa ese proyecto que ha venido a llamar Them Crooked Vultures y que tiene entre manos nada más y nada menos que con John Paul John y Josh Homme. Amén

¿Qué elegir de un conciertaco de 2 horazas y media y más de 20 temazos? Dificil dilema. Pues en principio que esta es precisamente la mejor respuesta a mis quejas sobre los cienes de Festivales que infestan nuestra geografía. Como diría el calvo de Lidl: la calidad (y la cantidad, LaRubia dixit) no es cara (44 leuros¡¡¡¡), señora¡¡¡.

A destacar el momento rinkirinkiguitarrica enciéndanmelaslucesparaveramipublico que se marcó DaveMyheroe en la pasarela (aunque supuso perderle de vista durante un par de temas). Sobresalió también los 17 añicos que tiene ya el This is a call. Mención especial merece también el otro orgullo de profidén y pantén: el Hawkins de Texas, baterista sufriente como mandan los cánones y que se puede quitar la camiseta si le sale del funki (ver mis comentarios más adelante sobre el tema de las camisetas quitadas). Otra cosica: Oliver tenía que ser su primer nombre.

Conociéndome ya como me conocéis, bien deberiais saber a estas alturas que también hubo cosas malignas a decriticar. Primero: en vez de dar tanto la paliza con el fumeke, lo que debería estar prohibido en la pista son las mochilas. Yo, porque a mi edad llevo un sujetador de andamiaje armado, pero me podía haber dejado perfectamente los pechos en la mochila del subnormal que tuve la desgracia de sufrir en los momentos más álgidos del concierto. Pero vamos, a los que tendría que castigarse con la pena capital son a los que se quitan la camiseta. Qué ascazo, pordiox, esos restregones ensudorecíos sobre todo cuando no tienen a bien depilarse un poco. A mí, un torso desnudo zampándose una paella con un tinto de verano pues no me disgusta ¿y porque se empeñan tanto en la obligación de ponerse la camiseta en los lugares finos de playa y se permite ese atentando a todos los sentidos que es un tío semidesnudo en unas primeras filas de un concierto veraniego? Puagh. Cojonas.

Pero en cualquier caso y volviendo a lo guais, además de confesar que he vivido, confieso que ya se me empezaron a saltar las lágrimas en el preclimax del Best of you porque a Pumuki pongo por testigo que es una canción que me trae a la cabeza (y al corazón también que, aunque a veces parezca que carezco de él, tengo mi corazoncico) toda ese gente que tiene la maravillosa virtud de sacar la mejor parte de mí, que me hace crecer y darlo todo. Y entonces tuve que sacar allí mismamente y en ese preciso momento lo mejor de mí y efectivamenteysí lo dí todo. Por dar, di casi hasta los dos zapatos que no sé como recuperé (supongo que mayormente gracias a la solidaridad de la muchedumbre en la que estaba inmersa). Y ya no pude reprimir la llantina superfanchiquinceañera (fénomeno que como comentase sobre la BieberFever sigo sin entender y menos en una tía hecha y derecha como yo) que me vino con el Everlong. Y es que era el único final posible para ese C-O-N-C-I-E-R-T-A-C-O, aunque algunos apostaban por Aurora. La pena es que el que mejor hubiera entendido ese mi estado de ánimo en ese mágico momento había huido a refugio unas cuantas filas y empujones más atrás (con lo que hizo bien porque le hubiera roto el tímpano con mi desaforada y desgallitada versión de este temazo que destrocé como una campeona y a rabiar).

Y ejke para mí, el Grohl ha bordado en una canción la mejor descripción de lo que viene siendo esepolvodenuestravida que tantas conversaciones nos ha dado a mi amiga Kalamity Jean y a mí. El caso es que tras el concierto de ayer solo me queda preguntarme:

If everything could ever feel this real forever
If anything could ever be this good again
The only thing I'll ever ask of you
You've got to promise not to stop when I say when

Post coitum omne animal triste. ¿Me llamarás al menos, Dave?





Rubia, la crónica la has bordado, as usual. Se te ha pasado decir que, además de ligar, en uno de estos se pieden un par de kilos, lo menos.(Por debajo de 64 ne-na, que me lo ha dicho la báscula esta mañana...).

Por lo demás, una cosita te voy a decir, perrina: ya habías llegado a la valla antes que nosotros, y no, eso no, que unos llevamos una trayectoria de muchos años para que vengas tú y ala, a quitarnos el sitio...
!Cómo me gustó el concierto! Y esta crónica también!!! Saludos, Rubia!
exke me parto cada vez ke te leo