Efectivamenteysí, con el modo "sandalia" on en un punto de no retorno a penas sostenible, por segundo año nos reunimos en el madrileño recibidor del antiguo Banco Central (ay¡¡¡¡¡ si el Sr. Escamez levantara la cabeza) para conmemorar, un año más, no sólo la llegada, al menos en el calendario, del solsticio de verano, que también, si no el Día de la Música con su consiguiente IVA del 21%. Y repetimos experiencia porque como el año pasado mi queridisisisissima amiga LuchiLove me volvió a colar ¡en primera fila¡. Gracias, reina, vales un potosí.
Por cierto, hablando de los que está celebrando el 15 aniversario de su Una semana en el motor de un autobús, y como si no lo suelto reviento, he de confesar que yo los descubrí ya con su Super 8. Y me gustaron no solo porque me resultaron muy rarunos cuando los vi telonear vetuasaberaquién posiblemente en la mítica Sala Revolver, me llamó la atención que el bajista tocaba de espaldas al público. Hace una par de años me enteré que, curiosamente, se trataba de una chica llamada May. Así que, lo confieso a corazón abierto: hubo un tiempo en el que me encantaban Los Planetas. Y qué voy a hacer si después de tanto tiempo no les dejo de querer.
Pero mis más pelotiles palabras he de dedicarlas a ese Angel Carmouna que me acompaña todas mis santas mañanas de eterno viaje por la NII en la "Conti" y la congoja ajena que me entra cada miércoles cuando suena su telefono del rock y ha de adivinar quién está al otra lado de la línea. Y siempre acierta el muy mangurrián. Qué risas me pasé en este último (que parece será el penúltimo, snif) en el que un monosilabero Coque Malla evitaba juntar más de dos palabras para que su superreconocible voz no fuera identificada por este Director espiritual del megaherzio más rabiosamente juvenil. Y es que, efectivamente y también cuando dijo una frase más larga ¡hasta yo le reconoci¡. Qué grande el @carmouna. Pero para grande también su alter ego, Pablo González Batista que se presentó en esta gala en el Instituto Cervantes con sus gafas de David Hutch (o David Soul, como prefieras). Y es que no todos los meritos en estilismos se los debemos a Starsky, que siempre se lleva la fama pero el cantante de Silver Lady también escardó su propia lana, qué cojonas.
Pero vayamos al turrón. Como seguramente no muchos sepáis, el Instituto Cervantes, en esa cámara acorazada que alberga en su sótano utiliza sus cajas de seguridad para que grandes personajes de la cultura hispánica depositen un legado que no se abrirá hasta la fecha que ellos decidan. Su primer depositario fue Francisco Ayala el 15 de febrero de 2007. Ya sé que a mí nadie me ha preguntado ni nunca me preguntará pero lo que yo quisiera guardar para la posteridad es un ejemplar del BOE de 14 de julio de 2012 en el que se publicó del Real Decreto Ley 20/2012 que vino a meter el rejonazo del 21% a la cultura y a los artistas. Cagüentóloquesemenea.
Os dejo el vídeo del evento. Yasieso.
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