Mira que vengo renegando de los festivales desde hace ya unos años pero no sé lo que pasa que, al final, entre unos y otros, me lían y me convencen para darles una nueva oportunidad. En esta ocasión fue la segunda edición del
SANSAN FESTIVAL en Gandía Shore. By the way, qué de mal ha hecho a este país ese bendito programa. Me aventuro a afirmar que casi tanto como el Cosmopolitan leído con ojos de la LOGSE.
La excusa era buena: casa gratis en la playa, cuatro días en los que el tiempo parecía que iba a respetarnos y una inmejorable compañía. ¿El cartel del Festival? Eso era lo de menos. O lo de más. Porque me han sobrado 400 de las 500 bandas que la organización, en un intento muy exagerado de dar al menos cantidad, ha conseguido reunir en fechas más aptas para el recogimiento espiritual y/o exaltación de la amistad (obsbieromuuudcho) que de albedrío y despiporre como pretendían estos tunantes. Y es que yo, como leía recientemente en un acertado escrito del guitarrista Gustavo Martín, soy más de ir a comprar el pan a la tahona de la esquina que de comprarlo en los grandes centros comerciales aunque nadie se entere de lo guay que soy. (Pincha
AQUI sivesquetal si te apetece leer sus acertadas reflexiones sobre el rock&roll).
¿Lo mejor del Festival? Sin duda el emplazamiento elegido. Entre humedales, palmeras y naranjos. Eso sí, con riesgo serio de caerte en una acequia cuando el índice de alcohol, a pesar de los precios o gracias al método "epilady", te hacía ir más en zigzag que siguiendo la distancia más corta entre dos puntos y todo ello rodeado con un botellón fino por doquier (los precios, insisto, merecen eso y más).
Tras apretarnos un rebautizado ARROZ A TRES BANDAS con el que se nos saltaron las lágrimas, emprendimos nuestro largo pero tranquilo camino hacia el Wonderwall en la primera de las jornadas y todavía lamentando el atasco que síosí nos habíamos comido el miércoles en la N-III y el que nos íbamos a comer síosí el domingo a la vuelta. Realmente el único grupo al que conseguimos disfrutar de verdad fueron a unos
JACK KNIFE guitarreros, con mucha actitud y sobre todo, con mucha clase (y eso puedo saberlo y decirlo porque una de las cosas que he descubierto en estos días es que, además de pija, siempre he tenido clase).
Como nos aburrimos sobremanera con el cansino de NACHO VEGAS, preferimos ir a cotillear por los tenderetes que andaban vacíos y descubrimos las bonitas camisetas hawaianas de
ALOHA JUICE. Con SIDONIE logramos reírnos y echarnos unos bailecicos muy serios gracias al esperadísimo "Estáis aquí estáis aquí, ahora mismo estáis aquí, no puedo veros pero sé que estáis aquiiiiiiiiii". Y esos fueron los tres momentos memorables del primer día del SANSAN FESTIVAL: Jack Knife, camisetas hawaianas y estamos aquí.
El segundo día todavía nos costó más subir. ¿Lo peor? La masificación de grupos, el solapamiento, cuando no coincidencia, de las bandas en los dos escenarios que había. ¿De verdad que era necesario?. Además de no dejarnos disfrutar totalmente de los conciertos, los que peor lo llevaron fueron las propias bandas que, en el mejor de los casos, se pedían perdón unos a otros por la intromisión.
L.A por ejemplo dijeron, con razón, que era una putada que estuvieran tocando al mismo tiempo que los MUCHO que molan mucho. A otros les dio por meterse con las bandas “en conflicto”. Fue el caso de la MAKOVSKI que se pasó tres pueblos insinuando que la música de DORIAN estaba contaminado su música tan guay. Yo, que tenía ganas locas de conocer in situ el buen hacer de la majorica, me puse de tan mala leche con su altiva actitud que le dije, ahí te quedas, alhaja, que prefiero echarme unos bailecicos con los que iban a cumplir diez años y un día aunque no me molan nada. Qué cojonas. Clase, dequesí. Altanería, dequeno.
Pero ya simplemente, aunque solo fuera por disfrutar de una banda tan compacta, diferente, auténtica y real como son los mallorquinos
L.A merecieron la pena las alforjas para este viaje. Pese a los atascos, los precios abusivos de la comida y de la bebida en el recinto, el exceso exagerado en la contratación de bandas.... La banda de Luis Alberto me terminó de convencer y la mini charleta posterior con su bajista (más majo que las pesetas, yatelodigoyo) en la que pude saber que Brian Molko es un tipo de lo más normal, respetuoso y familiar fuera del escenario, me supo a gloria bendita. Bueno, aunque no tanto como la fideuá que nos zamparíamos al día siguiente. Pero casi. Larga y afamada vida a los recientes SECRETS UNDONE de esta gran banda.
Un poquito de NEUMAN, un poquito de LEON BENAVENTE y la juventúdivinotesoro, o mejor dicho la SEMEJUELA (se me jué la juventú) hizo estragos y con eso y un bizcocho (o unos sandwiches délicieuses de comté e ibéricos) nos fuimos a la cama con la satisfacción del trabajo bien hecho. O de al menos haberlo intentado.
Y pese a todo, al tercer día no resucitamos. La fideuá nos infló no solo los estómagos si no también los corazones y el cartel que nos ofrecía el Festival, por mucho que estuviera abarrotado de estrellitas, no fue capaz de competir con una sobremesa de esas de hasta las 12 de la noche con conversaciones a corazón abierto. Yotadbienbequiedomilomássss. Ni La Habitacion Roja, ni Elefantes, ni los Noises ni los Second tuvieron el tirón suficiente para hacernos levantar el culo de una maravillosa terraza con vistas a campoyplaya. No sin mi cardhú.
El domingo no dio para más aunque me hubiera encantado cantarme con el Josele eso del "Eh tú, boquerón, de entre todos el mejor. ¿Quién te lo iba a contar que ibas a acabar frito y sin amor?". El atasco nos esperaba a la altura de La Almarcha y el tío Vladimir no nos iba a invitar a unos piscolabis.
Y ya os dejo, para variar, con unas letras finas de unos artistas no menos finos. Esta vez se trata de las concebidas por las mentes preclaras de SOBRINUS que ya nos cantaban esto con su peculiar sonido funkero allá por el 98:
"Hay plan de festival,
yo en plan de festival
BOOM
Deberías entrar, que bonito es ser fan
ahora puedes tocarlos y de baba llenarlos.
Yo no mamo del jungle ni mamo el tecno-trance
yo mamo de las tetas que me pongan delante.
Sólo me va el compás que me la ponga más"
Yestoesasí. Y si no, ya sabes, te toca dualizar...