En un pueblo, mesetano, al pie del Gurugú, vive vuestra amiga LaRubia en una humilde morada. Pero un día la tristeza llega hasta su corazón: sus DIEAWAY amados tienen que partir, cruzando la N-II hasta Madrid. Y esa era mi diatriba interior de ayer: ¿me quedo en la aldea disfrazada de Marco y partiéndome toa con mis amigotas o parto rauda y veloz a la zaga de estos mangurrianes en busca de una nueva aventura intercontinental? Finalmente, y ya que Amedio estaba un poco constipado y la noche era fría, decidimos que lo mejor para todos sería que él se quedase en casa con mis amigotas por esta vez (aunque siempre somos dos que sin temor buscamos mil aventuras) y yo saliera escopetada rumbo a la Moondance.
En un primer momento hubiera podido hacer uso de ese don de la ubicuidad con el que me han bendecido los dioses del Olimpo. Pero no. Alguien decidió meter en el concierto una banda más, KURT COBAND, y adelantar a última hora (ergo tarde y mal) el salto al escenario de los alcalaínos a la casi torera hora de las 9.30. Y yo me pregunto...pero si era SU concierto ¿por qué cojonas tocaron antes? ¿por qué narices tuve que abandonar a mi pobre Amedio sin darle un beso de despedida ni nada e ir volada al cercanías a ver si, por lo menos, llegaba a las últimas canciones (especialmente esa en la que llega Paul y me rocía con licor de ciervo frejkito)?. Que me lo expliquen ahora o que callen para siempre.
Y aquí es donde llegamos al momento puñal de esta mi rubicrónica. A la otra banda que en mi humilde y rubia opinión le robó, sin necesidad, el protagonismo a los de Alcatraz de Henares: KURT COBAND. Sé positivamente que la jugada del cambio de hora fue totalmente ajena a ellos pero ello no es óbice para que viviera su concierto con mucho resquemor, lo reconozco. Y con el cuernito ya retorcido de forma previa, eché mucho de menos en el concierto eso que tan bien se les da a mis añorados THE BUZZ LOVERS. Eso a lo que me tiene acostumbrada esa reencarnación cordobesa de Kurt que es Kane. A ese Novoselic tan zurrado que no termina concierto sin romper ese bajo de Agre, el Tigre de Ollerías. Y a ese GonzoGrohl que le arrea al bombo a calzón quitao.... Porque para mí Nirvana es eso: desbarre, algarabío, despiporre, distorsión, flipe, ruido, suciedad. Es decir: grungerío fino. Lo sé, las comparaciones son odiosas pero para ver a unos Nirvana sobre un escenario perfectamente ejecutando sus canciones para la posteridad, prefiero escuchar el disco en mi casa ciega de whisky. Yestoesasi. Y es lo que trato de trasmitir cuando a alguien le digo que ha tocado el "Rape me" demasiado bien, como le dije al bajo de KURT COBAND al terminar el concierto y le regalé una púa, ahora lo reconozco, un tanto envenenada.
Y luego tenemos ese eterno debate tributos sí, tributos no. Pues yo siempre he sido de los partidarios dequesí, como GRUñe Marta García Gru, cómplice en esto del groupismo bloguero, en su entrada Tributo a los Tributos. Con ellos, la chusma aprendemos de los grupos grandes que en el caso de Nirvana ni siquiera llegaremos nunca a ver. Por su parte los músicos crecen imitando a sus mayores y se sacan unos euricos para poder autoeditarse su propia música como ese pedazo de discazo de los DIEAWAY denominado "Leak of Noise" que podéis agenciaros AQUI.
Y ya puestos a tributar, pienso en los 20 años de ese ya mítico "Superunknown" y en esos morritos tan sugerentes de nuestro ChrisCornelldelHenares y me dan escalofríos de placer. ¿Mentiendesloquetequierodecir?
Y ahora vas y lo cascas.
Maplico
1 de marzo de 2014, 18:10